30 mayo, 2011

De la cultura sólida a la información líquida: la desaparición de los objetos culturales del S. XX


Los objetos culturales que fueron creados a lo largo del siglo XX (las publicaciones impresas, las salas cinematográficas, los discos y cassettes, los rollos fotográficos, los videotapes, etc.) están desapareciendo. Han dejado de ser útiles. Las TIC han provocado, o al menos, han acelerado una revolución de amplio alcance en nuestra civilización que gira en torno a los mecanismos de producción, almacenamiento, difusión y acceso a la información; al intercambio de los flujos comunicativos entre las personas; y a las formas expresivas y de representación de la cultura y el conocimiento. Los nuevos tiempos han traído a nuevos actores que están cambiando la experiencia cultural. Internet, la telefonía móvil, los videojuegos y demás artilugios de la sociedad digital está cambiando nuestra experiencia en múltiples aspectos de nuestra vida: en el ocio, en las comunicaciones personales, en el trabajo, etc. Lo digital es una experiencia líquida bien diferenciada de la experiencia de consumo y adquisición de la cultura sólida y, en consecuencia, precisa de otros enfoques y modelos de educativos para formar o alfabetizar en la cultura del nuevo siglo.

Hablar de lo sólido y lo líquido (Baumman, 2000) es una forma literaria, metafórica, de caracterizar los procesos de cambio sociocultural que se están produciendo en la actualidad y que son provocados, entre otras razones, por la omnipresencia de las tecnologías de la información y comunicación. La metáfora nos sugiere que el tiempo actual –su cultura digital- es un fluido de producción de información y conocimiento inestable, en permanente cambio, en constante transformación, como contraposición a la producción cultural desarrollada –principalmente en Occidente a lo largo de los siglos XIX y XX- donde primó la estabilidad e inalterabilidad de lo físico, de lo material, de lo sólido.

¿Qué quiere decir o que significados implica esta metáfora de la desaparición de la culura sólida?

En primer lugar, podemos decir que la cultura de estos dos últimos siglos era sólida porque existían certezas o conocimientos estables que se transmitían de una generación a otra sin que hubiera cuestionamientos o replanteamientos relevantes de la misma. Era conocimiento sólido, porque su transformación era un proceso que requería muchos años y su generalización hasta convertirse en hegemónico tardaba varias décadas. Era la solidez de las verdades –bien reveladas, bien razonadas- frente a la ligereza o relativismo de las opiniones. El conocimiento generado en tiempos decimonónicos se basada en la certidumbre, en la seguridad de poseer la razón de los argumentos, en la certeza de ser una civilización superior.

En segundo lugar, que la información era guardada y almacenada en soportes físicos, es decir, en un objeto sólido. Por ejemplo, en los libros, cuadernos, legajos o cualquier otro soporte de papel. Con el paso de los años se crearon otros soportes como las películas, las cintas, los discos de vinilo o de CDROM. La información era algo físico, o al menos, estaba vinculada indisociablemente a lo material, a los átomos que constituyen el producto cultural. Ello supuso, entre otras cuestiones, que surgiera una industria cultural que producía, en gran escala, dichos soportes y que requería un alto coste económico tanto para su fabricación como para su distribución. El autor o creador de la información necesitaba de forma ineludible de fabricantes de estos objetos culturales sólidos si quería que la misma llegara al público. El escritor necesitaba de la editorial, el músico de la discográfica, y el cineasta de la productora.

En tercer lugar, el proceso de creación, producción y difusión de la obra cultural era lento, y requería un tiempo largo desde la idea inicial hasta su difusión al gran público. La cultura era sólida porque adoptaba el formato de obra cerrada, definitiva, inalterable. Producir cultura, fuera en su versión libro, obra musical o audiovisual, era un proceso que consumía mucho tiempo y esfuerzo no sólo intelectual, sino también organizativo, logístico y económico, y por ello, cuando se generaba la obra ésta ya, difícilmente, podría ser modificada, revisada, rehecha, o transformada. Evidentemente, en el ámbito de lo impreso, existe el concepto de “edición revisada”, o de nuevas versiones grabadas de una canción, pero lo sustantivo o fundamental de la obra sigue intacto.

En cuarto lugar, podemos sugerir que este tipo de cultura de lo sólido utilizó dos instituciones para su conservación y difusión las cuales cumplieron –de modo más o menos concertado- su papel reproductor. Fueron las bibliotecas y el sistema educativo (tanto el escolar como el universitario). Por una parte, elevaron a canon cultural de referencia al libro, el cual se convirtió, en el objeto cultural reverenciado. Por otra, enfatizaron su función guardadora de las esencias culturales del pasado para transmitírselas a las generaciones futuras. Las bibliotecas y las escuelas han sido dos instituciones sociales que se han necesitado, que se han complementado mutuamente. Las bibliotecas ofrecían los libros y las escuelas formaban a los lectores. Las bibliotecas, sobre todo las públicas, democratizaban el acceso a las obras impresas, y las escuelas democratizaban la alfabetización, es decir, la adquisición de las competencias y habilidades de acceso al conocimiento simbólicamente codificado en los libros.
CONTINUA.....


19 jornadasEl texto anterior es un extracto de la conferencia titulada Del conocimiento sólido a la cultura líquida: nuevas alfabetizaciones ante la Web 2.0 que voy a impartir en las 19ª JORNADAS DE BIBLIOTECAS INFANTILES, JUVENILES Y ESCOLARES (Salamanca, 2-3 de junio 2011) cuyo lema o eje de trabajo es: Bibliotecas y escuelas participativas: ¿qué va a pasar en el universo 2.0? organizadas por la Fundación Germán Sáchez Ruipérez.

23 mayo, 2011

XIX Jornadas Universitarias de Tecnología Educativa- Sevilla 2011

Desde hace casi veinte años la asociación RUTE (Red Universitaria de Tecnología Educativa) organiza las Jornadas Universitarias de Tecnología Educativa (JUTE). Este año se celebrarán en Sevilla los días17 y 18 de noviembre de 2011 organizadas por los compañeros del Departamento de Didáctica de la Universidad de Sevilla. Este año alcanzamos la XIX edición. Es un punto de encuentro y reflexión entre docentes y expertos universitarios preocupados sobre el uso educativo de las TIC en la formación de futuros maestros, profesores, pedagogos, educadores sociales, o cualquier otro profesional educativo.
Se pueden presentar comunicaciones (enviar el resumen antes del 30 de junio).

Visita la web de estas Jornadas y encontrarás más información sobre el programa, la inscripción,  fotos del evento, las comunicaciones y ponencias, así como la asamblea de socios de RUTE que se celebrarán durante la misma.

20 mayo, 2011

¿Por qué educar con TIC? Las nuevas alfabetizaciones del siglo XXI

Acaba de publicarse en  el blog del proyecto Eco-Escuela 2.0 de Canarias un pequeño artículo que me solicitaron titulado ¿Por qué educar con TIC? Las nuevas alfabetizaciones del siglo XXI. Reproduzco a continuación el texto del mismo que, sintetiza, algunas de las ideas que llevo defendiendo al respecto desde hace algunos años.

EducarTIC



Es un hecho constatable que el acceso a la tecnología y servicios digitales cada vez es más popular pudiendo calificarse ya como un fenómeno de masas. Los datos estadísticos de los últimos años atestiguan un notable incremento en la disponibilidad de la telefonía móvil, en el acceso a las computadoras e Internet o en los servicios de televisión digital no sólo en nuestro país, sino en el conjunto del planeta. Pero una cosa es la utilización de las tecnologías/máquinas y otra bien distinta es un uso inteligente y culto de la información y comunicación a través de las mismas. 

Creo que aquí radicará, en un futuro muy próximo, las diferencias y desigualdades sociales ante la tecnología: no en el acceso y disponibilidad de las mismas, sino en la calidad de uso. El mercado se está encargando de hacerlas disponibles: cada vez son más baratas, asequibles y de fácil manejo. Sin embargo, las diferencias vendrán dadas por lo que las finalidades y naturaleza de su uso. Aquellos grupos sociales con alto nivel formativo las emplearán con fines vinculados con la inteligencia y conocimiento colectivo. El acceso a la tecnología por parte de los individuos y grupos sociales sin la formación adecuada llevará a usos mecánicos o carentes de relevancia cultural, lo que provocará que los mismos sean más vulnerables a la dependencia tecnológica. Sin conocimiento adecuado el sujeto no desarrollará una apropiación significativa y valiosa de las herramientas digitales estando, en consecuencia, supeditado a ser manipulado por intereses ajenos a sus necesidades. El individuo que maneja distintas herramientas digitales, pero sin la suficiente capacidad crítica tenderá a realizar un uso consumista y seguramente sea un sujeto alienado y dependiente de la tecnología.

Desde mi punto de vista el problema de incorporar las TIC al sistema escolar, y de modo particular la denominada alfabetización o desarrollo de la competencia digital, debemos analizarlo como un problema sociocultural vinculado con la formación de la ciudadanía en el contexto de la llamada sociedad informacional, y debiera plantearse como uno de los retos más relevantes para las políticas educativas destinadas a la igualdad de oportunidades en el acceso a la cultura. La educación, sea en escenarios formales como las escuelas o no formales como las bibliotecas, los centros juveniles, los culturales o los telecentros, además de ofrecer un acceso igualitario a la tecnología debiera formar (o alfabetizar) a los ciudadanos para que sean sujetos más cultos, responsables y críticos ya que el conocimiento es una condición necesaria para el ejercicio consciente de la libertad individual y para el desarrollo pleno de la democracia. Equidad en el acceso y capacitación para el conocimiento crítico son las dos caras de la alfabetización en el uso de las tecnologías digitales.

Por ello, la alfabetización en la cultura digital de la web 2.0 es algo más complejo que el mero aprendizaje del uso de las herramientas de software social (blogs, wikis, redes, y demás recursos del cloud computing…). Desde mi punto de vista la incorporación de las TIC a las escuelas –como es el caso de los programas Escuela 2.0- debe plantearse como parte de una política educativa dirigida a facilitar el acceso a la tecnología y cultura digitales a todos los ciudadanos de modo que los niños y jóvenes conozcan los mecanismos técnicos y las formas de comunicación de las distintas tecnologías; posean habilidades de búsqueda, selección y análisis de la múltiple información disponible en la web; adquieran criterios de valor que permitan a éstos discriminar y seleccionar aquellos productos de mayor calidad e interés cultural;  aprendan a comunicarse y colaborar en las redes sociales; estén cualificados para producir y expresarse a través de documentos de naturaleza audiovisual e hipertextual; sepan sacar a la luz los intereses económicos, políticos e ideológicos que están detrás de toda empresa y producto mediático; así como que tomen conciencia del papel de los medios y tecnologías en nuestra vida cotidiana. Lo que está en juego es el modelo social de la sociedad de la información. Lograr las anteriores metas significará que ese modelo de sociedad futura se apoye más en principios y criterios democráticos que en los meramente mercantilistas.

La educación con TIC, desde esta perspectiva, debe entenderse como algo más complejo que la mera dotación de recursos tecnológicos al aula o dar a cada estudiante un ordenador con conexión a Internet. Es una condición necesaria, pero insuficiente. Lo relevante, al menos desde un punto de vista pedagógico, es educar a los niños y niñas, a los jóvenes para la adquisición de las competencias intelectuales necesarias para interactuar tanto con la cultura existente  sea en formato libros o de red, como para recrearla de un modo crítico y emancipador. Educarles para que sepan buscar información valiosa, analizarla y compartirla. Educarles para que sepan expresarse de forma culta a través de lenguajes diversos como el textual, el audiovisual e hipertextual. Educarles, en definitiva, para que sean ciudadanos alfabetizados en las nuevas formas de cultura del tiempo digital. Sin estas alfabetizaciones para toda la población no podrá producirse un desarrollo social armonioso y democrático de la sociedad del siglo XXI.